Todavía hoy me cuesta creer que esta fotografía de Anya Bartels haya sido posible.
En Septiembre del año pasado, surgió la oportunidad de acompañar al maestro en los conciertos de Madrid, Barcelona y Córdoba para la presentación de su nuevo álbum «Andenes del Tiempo»
Ha sido una gratísima experiencia que hemos podido disfrutar junto a Vicente y los músicos que le acompañan.
Todavía recuerdo en el año 1999, estudiando yo en la universidad y en el conservatorio cuando iba a clases escuchando en mi MiniDisk de Sony el disco «Vivencias imaginadas» que fue el primero de los trabajos que escuché y me enganchó de Vicente. Hoy aún lo conservo. Desde de ese disco, me hice con toda su discografía conforme iba saliendo paulatinamente.
Durante las vacaciones de verano con mis padres, me iba a las rocas de Puerto Marina en Benalmádena durante las tardes y escuchaba el disco «Poeta» mirando toda la costa desde ese lugar con vistas privilegiadas.
En la presentación del álbum «Tierra» en el Teatro Axerquía, vine desde Ayamonte a Córdoba porque no quise perderme ese concierto con todos los músicos que grabaron el álbum.
Cómo me alegro de haber hecho la inversión de comprar los instrumentos que me han permitido compartir escenario con Vicente. Esa fue una de las claves para que se diera la foto del principio.
Independientemente de lo que pueda venir en el futuro, me quedo con una sensación. Es la de estar tocando su música, cruzar la mirada con la suya y que sonría.
La música es maravillosa!!!
I still find it hard to believe that this photograph by Anya Bartels was even possible.
In September of last year, the opportunity arose to accompany the maestro in the concerts in Madrid, Barcelona, and Córdoba for the presentation of his new album «Andenes del Tiempo.»
It has been a truly wonderful experience that we have been able to enjoy alongside Vicente and the musicians who accompany him.
I still remember back in 1999, when I was studying at university and the conservatory, going to class while listening to «Vivencias Imaginadas» on my Sony MiniDisc. It was the first album of Vicente’s that I ever heard, and it completely captivated me. I still have it to this day. From that moment on, I collected all his albums as they were gradually released.
During summer vacations with my parents, I would go to the rocks at Puerto Marina in Benalmádena in the afternoons and listen to the album «Poeta,» gazing out at the entire coastline from that privileged viewpoint.
When «Tierra» was presented at the Teatro Axerquía, I traveled from Ayamonte to Córdoba because I didn’t want to miss that concert with all the musicians who had recorded the album.
I’m so glad I made the investment in purchasing the instruments that allowed me to share the stage with Vicente. That was one of the key factors that made the photograph at the beginning possible.
Regardless of what the future may bring, I hold on to one feeling—the experience of playing his music, locking eyes with him, and seeing him smile.
Music is truly wonderful!!!
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